Cuando ayer por la mañana me desperté, no tenía conejito de chocolate, ni huevos de colores escondidos por la casa ni una mesa decorada de primavera para desayunar a lo grande. Por ello, y para no perder la tradición, me dispuse a pintar mi propio huevo de Pascua.
Comentaros que la lié en grande (el de la foto era el segudno huevo que pintaba) el primero me lo cargé. No estuve muy avispada y el día que hice la compra no me acordé de comprar los  huevos blanquitos… con lo que aconsejada por Carmen de Comodiormanda le dí una capa de Spray blanco para luego pintarlo por encima con acuarela.
Después de conseguir un huevo blanquito y de cargarme otro huevo y poner la cocina patas arriba, no tenía ya mucha inspiración para colorear. Con lo que rápidamente pegué cuatro trazos y metí el mensaje en el huevo para regalarselo a Manu.
El pobre decía que después de haberme visto toooooda la mañana tirada en el suelo y liándola con los huevos, que le daba pena romperlo.
Por cierto, ahora que tengo el huevo roto, con cada una de las mitades boya hacer una peques macetita que ya os enseñaré.