Con el verano, llega el clásico de llenarse las muñecas de pulseras llenas de recuerdos de nuestros viajes. Recordar ese verano de 1992 que cualquiera hemos vivido, haciendo pulseras de hilo en la playa para luego montar un puestecillo y venderlas. 

Toca revivir ese momento con nuestros sobrinos, hijos o para nosotras mismas. ¡Toca hacer pulseras de bolitas de madera que el día de mañana los peques recordarán como su primera empresita! ¿No es cierto?

Coged lo que tengáis por la casa de la playa, pintauñas, hilos, abalorios de collares que se han roto y con nuestras bonitas bolitas de madera en tres tamaños os podéis hacer éstas bonitas pulseras llenas de color.